DIA INTERNACIONAL CONTRA LA VIOLENCIA HACIA LA MUJER

DIA INTERNACIONAL CONTRA LA VIOLENCIA HACIA LA MUJER

jueves, 1 de julio de 2010

LA VIOLENCIA CONTRA LA MUJER PUEDE TERMINAR

Graciela Castro es uno de los casos de mujeres de la Comarca Lagunera que han dejando de permitir ser violentadas. Reconoció que es difícil tomar una decisión difícil para salir de este estilo de vida, pero si se puede lograr.

Comentó que de los 20 años que permaneció junto a su esposo, 15 de ellos fue agredida psicológica, económica y físicamente por él. Aseguró que en un inicio consideró que algunas de las actitudes de su pareja, como los celos en exceso y que no le permitiera visitar a sus familiares, lo hacía porque la quería, hasta que comenzó a observar que estas acciones se salían y de su control. Entonces se preguntaba “¿Por qué me regaña? ¿Por qué me grita?”, llegándose a sentir como secuestrada en su propia casa.

Esta fémina de 44 años confesó conocer que sufría de violencia hasta que acudió a unas pláticas al DIF municipal para saber porque su hija presentaba problemas en la escuela. En dicha institución, le dijeron que el problema se originaba de las agresiones que vivía en su casa. Ante esta situación, le sugirieron tomar terapias, en las cuales afirma se sentía muy conforme, pero a su cónyuge no le gustaba que las recibiera. A pesar de esta adversidad ella seguía asistiendo.

Gabriela Castro confesó que el punto que la hizo entender que lo que estaba viviendo no era normal, es que su esposo la amenazaba con un arma punzo cortante. “Si me quedó aquí me mata, porque estaba sola, aproveché que se salió en la camioneta con mi hija agarré una bolsa, guardé algunos papeles y fui con una vecina a que me prestara el teléfono para comunicarme al refugio de mujeres violentadas, del cual conocí su existencia a través de las pláticas que tomaba en el Desarrollo Integral de la Familia”, indicó.

Declaró que una vez establecido el contacto con este centro de apoyo, las encargadas del lugar le pidieron a la vecina que la auxilió a que la resguardará en su casa por esa noche y al día siguiente las verían en algún lugar para trasladarla al lugar de resguardo.

Aunque reconoció que si le dolió mucho dejar a sus tres hijos, los cuales actualmente tienen 24, 20 y 17 años de edad, sabía que no les iba a pasar nada porque su esposo nunca los agredía, la violencia sólo la ejercía contra ella.

Castro aseguró que estar internada en dicho centro le ayudó mucho, ya que se reencontró con ella misma. Admitió que cuando salió de allí, regresó con su pareja porque le prometió que su actitud iba a cambiar, a pesar que las encargadas del lugar donde se encontró durante un mes le advirtieron que eso no iba a suceder y la violencia se tornaría más intensa.

“Así sucedió, al cabo de tres meses, él volvió con sus comportamientos posesivos y fue entonces cuando pensé que eso no tendría solución y decidí que la única opción para terminar con ello era salirme de la casa. Esto ocurrió cuando vi que mi familia estaba destrozada, porque también afectamos a nuestros hijos”, aclaró.

Puntualizó que es difícil tomar la decisión de salir de este ciclo de violencia, porque en ocasiones se encuentran a la problemática de que como van a sobrevivir o sacar adelante a sus hijos sino tienen trabajo, además de que a veces las personas que se encuentran a tu alrededor no te quieren ayudar por temor a represalias. “Mis vecinas no querían ir a declarar sobre lo que me sucedía, me decía que sus esposos no querían que fueran porque temían que les pasará algo, en esos casos no hay alguien que te apoye”, refirió.

Por tal motivo, sugirió a las personas que viven bajo estas condiciones soliciten ayuda a las instituciones. “Si hay organismos que apoyan en este tipo de casos, sólo que no van de casa en casa buscándolos. Es una decisión personal, ni el hermano, madre ó padre, va a terminar con esa situación si el afectado no quiere. Además es necesario realizarla, debido a que su vida y la de sus hijos está de por medio”, resaltó.

Aunque Graciela es un caso exitoso de superación de agresión, ya que ahora puede trabajar como siempre lo quiso para sentirse productiva y además está nominada por el Instituto Coahuilense de la mujeres a ser un miembro destacado de este género, aún hay muchas féminas en la región que viven esta problemática, como lo comprueban las cifras de denuncias contra este delito en las diferentes instancias, encargadas de recibirlas.

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